Se distinguen claramente cuatro polos en
la celebración eucarística:
El
templo:
Lugar de la Asamblea
El Altar:
Lugar de la Eucaristía
El
Ambón:
Lugar de la Palabra
La Sede:
Lugar del Presidente, celebrante
Es muy importante destacar la
expresividad de los signos que utilizamos para descubrir
que hay detrás de ellos.
TEMPLO:
Lugar de
la asamblea.
Templo viene del latín “templum”, es un
edificio dedicado al culto.
Se construye el templo para una asamblea
ya que es el primer y básico signo de todo acto
litúrgico. La asamblea, es uno de los signos de la
presencia de Cristo, el mismo lo dijo." Donde dos o tres
se reúnen en mi nombre allí estoy yo en medio de ellos."
Los templos se pueden construir de
diferentes formas:
-
Trazados en forma de cruz y orientados
hacia el este, es decir hacia Jerusalén.
Otros se construyen de forma cuadrada.
Símbolo del Norte, Sur, Este y Oeste, es decir una
iglesia para todas las naciones.
-
También se construyen de forma
octagonal que simboliza los ocho días desde el
nacimiento de Jesús hasta el día de su circuncisión.
Ya que la asamblea es el actor principal
de la celebración, la disposición del lugar debe
expresar claramente lo que significa ser asamblea.
La ubicación ideal de la asamblea es en
forma de medio círculo, cuyo centro es el altar. Pero en
general en nuestros templos los fieles ocupan una nave
en forma rectangular y los ministros en presbítero.
¿QUÉ ES LA NAVE?
Nave proviene del latín navis. Es cada
una de las partes longitudinales de un templo reservada
a los fieles. Es decir, desde la puerta hasta el especio
del presbiterio.
La nave debe ser un lugar cómodo de modo
que permita participar con la vista y con el espíritu en
las sagradas celebraciones, es conveniente que se
dispongan para su uso bancas o sillas, de modo que los
fieles puedan adoptar las distintas posturas
recomendadas para los diversos momentos de la
celebración litúrgica y puedan moverse fácilmente con
comodidad cuando llegue el momento de la comunión.
¿QUÉ ES EL PRESBITERIO?
Se llama presbiterio al área en torno al
altar, un poco elevada y distinta de la nave, en el cual
se sitúan los ministros.
El presbiterio es un espacio
particularmente digno y significativo.
El presbiterio se divide en tres partes
importantes:
-
El Altar: mesa de la comida
eucarística.
-
El ambón: donde se proclama la palabra
-
La Sede: Lugar del sacerdote
presidente.
EL ALTAR:
Lugar de la Eucaristía.
Es la piedra angular de un templo, la
mesa de la Eucaristía alrededor de la cual se reúnen los
cristianos para dar gracias a Dios y alimentarse del
cuerpo y la sangre de Cristo (IGMR 296).
En conclusión:
El altar es el centro del espacio
celebrativo, es decir la mesa sagrada del Señor.
El altar representa los dos aspectos de
un mismo misterio: El altar del sacrificio y la mesa del
señor.
El altar se venera con algunos signos
expresivos como:
-Inclinación profunda.
-Beso
-Incensación y se deposita sobre el
evangeliario, el libro de los evangelios.
En la celebración Eucarística, el centro
del altar lo utiliza exclusivamente el Obispo o el
sacerdote, nunca el diácono ni menos el acólito o laico,
porque es ahí donde se realiza el memorial de Cristo: La
Eucaristía.
Al principio el altar era de madera, pero
más tarde se prefirió que fuera de piedra que simboliza
a Cristo como roca viva.
Después con el pasar del tiempo, el altar
se pegó a la pared y la misa se dio de espaldas al
pueblo, pero ahora de nuevo el altar está separado de la
pared para celebrar de cara a la comunidad.
El altar puede ser de dos tipos:
Fijo:
Cuando está unido al pavimento sin moverse.
Móvil:
Cuando se puede mover.
Se prefiere que el altar sea fijo y
consagrado, un altar móvil solo puede ser bendecido.
El altar es consagrado por el Obispo y es
el lugar que debería estar mejor situado, arreglado e
iluminado para concentrar todas las miradas.
EL AMBÓN:
Lugar de la palabra.
La palabra latina ambo viene del griego “anabaino”,
que significa subir y designa un sitio elevado desde
donde se proclama al pueblo la palabra.
La dignidad de la palabra de Dios, exige
que en el templo haya un sitio reservado para su anuncio
durante la liturgia de la palabra, por eso el ambón es
uno de los cuatro polos simbólicos junto con el altar,
la sede y el templo.
El misal especifica que al ambón está
reservado a la proclamación de la palabra, otra forma de
la presencia del señor, ya que en el se encuentra el
libro de las sagradas escrituras. (Leccionario).
Vale la pena repetir que el ambón debe
ser exclusivamente para la proclamación de la palabra de
Dios: Lecturas y Evangelio.
Ni el monitor, ni el cantor deben
utilizarlo, tampoco es el lugar de donde se dan avisos,
para esto debe haber otro atril con micrófono en
distingo lugar que no sea necesariamente el presbiterio.
Tampoco debe hacerse la oración de los fines ni la
homilía.
En el caso de la homilía, el lugar que se
recomienda es la sede del Presidente.
LA SEDE:
Lugar del Presidente.
Se llama Sede sobre todo, al asiento
reservado para el que preside la celebración en nombre
de Cristo. La sede es el lugar propio del que enseña.
La sede del sacerdote celebrante debe
significar su oficio de presidente de la asamblea y
director de la oración.
La colocación de la sede debe ser de cara
al pueblo y en un lugar donde se haga posible la
comunicación entre el pueblo y el sacerdote.
Desde 1969 está previsto que el lugar más
propio de la homilía es la sede, desde la que el
Sacerdote preside toda la primera parte de la
celebración.
Si la sede no está bien colocada, la
homilía se podrá hacer desde el ambón, pero insistimos
no es lugar más apropiado, porque está reservado para la
palabra de Dios.