ANTÍFONA
Viene de la
palabra griega “anti-fore” sonido o canto contrario,
algo que se responde designaba al principio, un estilo
de salmodia, en el que dos coros alternan en rezo.
En la Eucaristía
los cantos de entrada, ofertorio y comunión se llaman
también en el misal antífonas.
Pero sobre todo se
da este nombre a las breves frases que se dicen o
cantantes y después de los salmos en el oficio divino. A
veces estas frases están tomadas del mismo salmo, otras
veces son pensamientos bíblicos o del Evangelio mientras
que otros aluden a la teología de la fiesta o a las
características del canto que se celebra.
En la oración las
antífonas siempre han gozado de aprecio, sobre todo
cuando se cantan y son muy eficaces para hacer más viva
la participación del pueblo en el rezo de los salmos.
Las antífonas
ayudan a poner de manifiesto el género literario del
salmo, lo transforman en oración personal iluminan mejor
alguna frase digna de atención y que pudiera pasar
inadvertido, ayudan a hacer agradable y variada la
recitación de los Salmos.
El misal también
nos presenta una antífona de entrada y una de comunión.
Todas las antífonas se encuentran coleccionadas en un
libro litúrgico llamado antifonario.
MONICIÓN:
Viene del latin
“monere” que significa exhortar, advertir.
En la liturgia. Se
llama monición a las palabras que se dirigen no a Dios,
sino a la comunidad a modo de explicaciones o
invitaciones.
Hay moniciones de
tipo indicativo que señalan las posturas o dan normas
para organizar una procesión.
Hay otros
explicativos como cuando antes de la lectura, se explica
para que se entienda mejor y hay exhortativos; invitando
a hacer algo ya sean un canto o una oración desde una
actitud determinada.
Este es un
ministerio litúrgico muy antiguo, que normalmente asumía
el diácono ya que actuaba de intermediario entre el
presidente y la comunidad. Hasta ahora en nuestro tiempo
a partir de 1958 ha tomado forma, ha aparecido la
figura del monitor. El misal en su instrucción general
lo define como el comentarista, que es quien hace las
explicaciones y da avisos a los fieles para
introducirlos en la celebración y disponerlos a que la
entiendan mejor.
Algunas moniciones
son propias del presidente como la de entrada y la
invitación a los diversos momentos de oración etc.
Otras moniciones
las suele hacer el diácono cuando está presente como las
organizativas, las intenciones de la oración de los
fieles, la invitación a darse la paz y el podéis ir en
paz. En ausencia del diácono estas moniciones las hace
el presidente.
Cabe notar que el
monitor o comentarista no actúa desde el ambón, si no
desde otro micrófono lateral o un lugar diferente ya que
el ambón se reserva para la palabra de Dios según la
dice la IGMR en su número 68.
Las moniciones
dentro de la celebración deberían tener las cualidades
que pide el concilio, breves y solo en los momentos más
oportunos.
Para las lecturas
las moniciones deben ser breves, apropiadas, sencillas,
fieles al texto preparadas minuciosamente.
CANTO DE ENTRADA
El canto es uno de
los elementos más importantes de la celebración
litúrgica. El canto expresa y realiza nuestras actitudes
interiores, crea un clima más solemne y festivo en la
oración.
Dijo San Agustín
que quien ama canta. El canto en la liturgia tiene una
función ministerial, no es un concierto sino que ayuda a
la comunidad para que entremos en sintonía con el
misterio que celebra. La San Eucaristía.
SEÑAL DE LA CRUZ
Los cristianos
hacemos con frecuencia la señal de la cruz sobre
nuestras personas.
Al principio era
costumbre hacerla solo en la frente, luego se entendió
la que hoy conocemos o bien la triple cruz, en la frente
boca y pecho como en el caso de la escucha del
Evangelio.
La señal de la
cruz es un gesto sencillo pero de mucho significado, ya
que es la confesión de nuestra fe. Al hacerla sobre
nuestra persona, es como si dijéramos: Estoy bautizado,
pertenezco a Cristo, él es mi Salvador.
El primero que
hizo la señal de la cruz, fue el mismo cristo que
extendió los brazos en la cruz.
En la celebración
litúrgica hay muchos momentos en que la señal de la cruz
tiene especial sentido.
En la misa la
hacemos al inicio y también antes de escuchar el
Evangelio y al final de la misa recibiendo la bendición.
En la liturgia de
las Horas al comienzo del rezo de cada hora y al inicio
de los cantos evangélicos.
En el sacramento
de la penitencia el sacerdote traza la señal de la cruz
sobre el penitente al decir yo te absuelvo.
En la confirmación
el Obispo traza una cruz con el santo crisma en la
frente de los confirmandos.
También se traza
en las bendiciones sobre cosas y personas.
También en el
bautismo cuando el sacerdote y los padrino y padres
hacen sobre la frente del niño esta señal de la cruz
RITOS INICIALES
La celebración
litúrgica tiene siempre unos ritos de introducción,
despedida o conclusión. Durante los primeros siglos la
eucaristía comenzaba con gran sencillez:
1.
Reunida la asamblea entraba el
Presidente.
2.
Se hacía un saludo introductorio
para pasar posteriormente a las lecturas.
Más tarde se
fueron desarrollando otros elementos como ser la Entrada
Solemne.
En la liturgia
romana , el rito de entrada está compuesto de la
siguiente manera:
1.
Procesión de entrada del Sacerdote
y los Ministros, a veces con incienso, cruz procesional
y evangeliario.
2.
El canto de entrada o antífona
durante esta procesión.
3.
El beso al altar con eventual
incesación.
4.
La señal de la cruz, el saludo, la
monición inicial si se hace.
5.
Acto penitencial
6.
Señor ten piedad cuando no lo
incluye el acto penitencial.
7.
El canto de gloria con los días
más solemnes.
8.
La oración colecta del día.
Los ritos
iniciales tienen como finalidad, preparar a la comunidad
para que constituyan una sola familia que se dispongan a
oír como conviene la palabra de Dios y a celebrar
dignamente la eucaristía.
Hay celebraciones
con un rito de entrada significativo como ser:
*El domingo de
Ramos, la misma estacional que preside el obispo, la
dedicación de una iglesia, la ordenación, la entrada del
féretro en las exequias.
SALUDO
A lo largo de la
celebración eucarística, hay cuatro momentos en que el
Presidente dirige un saludo a la comunidad y ésta le
responde y con tu espíritu. Con el saludo, el sacerdote
manifiesta a la asamblea reunida la presencia del Señor.
El misal ofrece para ello tomadas del lenguaje bíblico
como ser: la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor
del padre y la comunión del espíritu santo esté con
vosotros.
El saludo sirve
para establecer una comunicación entre el Presidente que
actúa en representación de Cristo y la asamblea que
desea al Sacerdote que Jesús el Señor esté con él y con
su espíritu.
El saludo es
significativo en diversas ocasiones como ser: el saludo
del Obispo, la paz esté con vosotros en latín “pax vobis”.
#2 En el
Sacramento de la penitencia.
#3 En la
iniciación cristiana de adulto.
#4.En la visita de
adulto.
ACTO PENITENCIAL
Se llama acto
penitencial a una breve oración que se dice en el rito
de entrada de la misma después del saludo, que comienza
con confesión general de la asamblea y termina con la
conclusión del sacerdote.
El misal la
presenta con tres modelos.
1.
El confitear o yo confieso.
2.
El Señor ten misericordia de
nosotros porque hemos pecado contra ti.
3.
Es una serie de aclamaciones a
Cristo con la respuesta: Señor ten piedad, incorporando
este ultimo al acto penitencial.
La dinámica a
seguir es:
1.
Invitación por parte del
Presidente a una actitud y confianza.
2.
Momento de silencio general.
3.
Se realiza la oración en una de
las tres formas descritas anteriormente, y
4.
Todo termina con lo que se llama
oración de Conclusión que es una absolución en forma de
petición.
El acto
penitencial no es absolutamente necesario, se puede
suprimir cuando en el rito de entrada hay otros
elementos, como ser:
1.
Una procesión especial como el
domingo de ramos.
2.
La aspersión dominical.
3.
El miércoles de ceniza
4.
El viernes santo
5.
Bautismos y matrimonio.
KYRIE
Viene de la
palabra griega “kyrios” que significa señor y se aplica
sobre todo a Cristo Jesús.
En nuestra
liturgia es el nombre con que se designan las
invocaciones del rito de entrada de la misa kyrie
eleison. Christe eleison que en español significa señor
ten piedad.
Estas invocaciones
estaban al principio relacionados con la oración de los
files, ya que se respondía, señor ten piedad. Se le
atribuye al Papa Gelasio el cambio del Kyrie al rito
inicial de la misa.
El Kyrie no es
tanto penitencial sino de aclamación a Cristo como Señor
y Mesías, siendo un canto con el que los fieles aclaman
al Señor y piden su misericordia.
GLORIA
Del latín “gloria”
en griego “doxa”. Esta exclamación da inicio al himno
llamado gloria que se recita o canta después del Kyrie.
Este himno es muy
antiguo y venerable y con él la iglesia congregada en el
espíritu santo, glorifica a Dios y al Cordero y le
presenta sus súplicas. Se le llama también himno
angélico porque los ángeles lo cantan la noche del
nacimiento de Jesús.
El gloria está
colocado normalmente en los ritos de entrada, se canta o
reza en las solemnidades en las fiestas y los domingos,
excepto en los domingos de Cuaresma y Adviento antes de
la oración colecta.
En la vigilia
pascual, el Gloria se encuentra en medio de la liturgia
de la palabra precisamente para subrayar el paso de las
lecturas del Antiguo Testamento a las del Nuevo
Testamento y además con acompañamiento de campanas,
música y flores. También es solemne su canto y en la
misma vespertina del Jueves Santo y en la misa de la
Navidad.
También existe un
gloria menor que es el que se reza después de cada
misterio del Santo Rosario y también después de cada
Salmo en la liturgia de las horas.
ORACIÓN COLECTA
Proviene del latín
“collecta, colligere” que significa reunir, recoger.
Se llama colecta a
la primera oración con la que termina el rito de
entrada.
Tiene tres partes:
1.
La invitación del Presidente con
la motivación: OREMOS
2.
El silencio por parte de la
asamblea para poder orar.
3.
La oración motivación dicha que
recoge las intenciones de los fieles dirigidas al Padre,
por el Hijo en el Espíritu Santo.
Las oraciones
colectas de nuestro misal, son fieles al estilo de la
liturgia romana, con una motivación a Dios, muchas veces
enriquecida con una motivación o alusión al tiempo
litúrgico o la fiesta celebrada para proseguir con una
súplica y concluir apelando a la mediación de Cristo.